Francisco Monasor, el viticultor principal, desciende de una familia de agricultores de un pequeño pueblo de Cuenca donde, desde muy joven, se fue familiarizando con el cultivo de las viñas, la vendimia y todos los procesos de elaboración del vino. En 2011, cargado con recuerdos e ilusión, decidió elaborar sus propios vinos y comenzar una nueva aventura. Así nació Bodegas Matihuelo, un proyecto familiar, en la pequeña localidad zamorana de San Cristóbal de Entreviñas y cuyo nombre hace honor a su abuelo.

“Matihuelo era también como llamaba la gente del pueblo al paraje donde nuestro abuelo materno tenía su olivar, cerca de Villanueva de los Infantes, en la Mancha. Él era feliz allí; se le iluminaba la cara al llegar, incluso cuando la enfermedad le perseguía. Queríamos imprimir esa luz en nuestro proyecto familiar; la fuerza que le ayudó a levantarse una y otra vez; el optimismo y alegría que lograba irradiar siempre, a pesar de la infancia negra y la despedida temprana.”